Existen numerosas pruebas que se podrán llevar a cabo para determinar el Síndrome de Brugada además de un examen físico, estudio del corazón con un estetoscopio y la realización de un electrocardiograma de 12 derivaciones.
Estas son:
- Electrocardiograma (ECG) con medicamentos. Se trata de una prueba no invasiva en la cual se colocarán sondas en el pecho que registrarán los impulsos eléctricos del latido del corazón. Un ECG recoge las señales eléctricas siendo capaz de proporcionar ayuda al médico para detectar irregularidades en el ritmo y la estructura del corazón. Con todo, el ritmo cardíaco puede varia, existiendo por lo tanto la posibilidad de que el el electrocardiograma no detecte un ritmo cardíaco anormal por sí solo. Es posible que el médico recete ciertos medicamentos que pueda determinar el patrón electrocardiográfico de Brugada tipo 1 en las personas que padecen el síndrome.
- Estudio electrofisiológico, se utiliza para determinar la facilidad con la que se puede inducir al corazón al ritmo anormal del síndrome de Brugada. Consiste en introducir un catéter en una vena de la ingle hasta el corazón (como si se tratase de un cateterismo cardíaco). Después se pasan electrodos a través del catéter citado anteriormente hacia diferentes puntos del corazón. Los electrodos serán capaces de identificar aquellos latidos cardíacos que son irregulares.
- Análisis genéticos, no son estrictamente necesarios para diagnosticar el Síndrome de Brugada, pero si ayuda a determinar si otros familiares podrían estar sufriendo la misma enfermedad.
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