El tratamiento de la pericarditis se basa en el uso de antibióticos, aunque en casos más graves se recurre a la cirugía ya que se ven dañadas las válvulas cardíacas o la infección no es eliminada de forma completa del tejido.
En el caso de los antibióticos primero se llevará a cabo un análisis de sangre para determinar el agente causante de la infección y así establecer el antibiótico o la combinación de estos más adecuados para el tratamiento. La terapia antibiótica se llevará acabo en el hospital durante la primera semana, en espera de que remitan los síntomas y signos de mayor complicación. Una vez hayan cesado el paciente puede volver a su domicilio pero tendrá que seguir tratándose con antibióticos varias semanas.
Como ya hemos dicho antes, otra técnica es la cirugía. Esta se reserva para casos en los que haya daño tisular, en especial, en las válvulas cardíacas siendo necesario su reconstrucción o transplante. Además mediante la cirugía se puede eliminar restos infecciosos a los que el antibiótico no logró destruir o bien no al
canzó.
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