Diagnóstico de las arritmias

El diagnóstico de las arritmias se realiza a partir de la interpretación de diversos datos, entre los que se encuentran:

• Antecedentes médicos personales y familiares, obtenidos gracias a la 
  historia clínica del paciente.
• Datos obtenidos mediante la exploración física. 
• Resultados de ciertas pruebas y procedimientos.

Para hacer este diagnóstico es necesario demostrar que existe una alteración en la actividad eléctrica cardíaca.

A continuación se explicarán detalladamente las diferentes pruebas diagnósticas necesarias para un buen diagnóstico:

• A pesar de que existen varios métodos para observar dicha alteración, la prueba diagnóstica de referencia es el electrocardiograma (ECG) (explicada detalladamente en entradas anteriores). Esta prueba registra la actividad eléctrica cardíaca en el momento en que se está realizando y, por lo tano, tiene la desventaja de que sólo nos muestra si existen arritmias en ese mismo momento. Por este motivo, cuando el paciente tenga síntomas sugestivos de una arritmia debe acudir lo más rápidamente posible al especialista para que le realice la prueba.

• En ocasiones pueden utilizarse otra prueba, como el registro ECG ambulatorio de 24h, también llamado monitoreo Holter. Esta técnica consiste en colocarle un pequeño dispositivo al paciente con unos electrodos de ECG conectados a una grabadora. Esta registrará durante 24h el ritmo cardíaco mientras el paciente realiza sus actividades habituales.

• Un examen especial es el estudio electrofisiológico (EEF), que permite reproducir las arritmias que presenta el paciente y estudiar en profundidad el sistema de conducción cardíaco. Para su realización se introducen unos cables (electrocatéteres) en el interior del corazón, provenientes de la vena femoral. Estos electrocatéteres permiten registrar la actividad eléctrica cardíaca, así como estimular al corazón para valorar la posible provocación de arritmias.

• Generalmente se ordena también un ecocardiograma para averiguar si existe alguna alteración estructural del corazón asociada a la arritmia, por lo que se examina su tamaño y estructura.

• Por último, cuando hay una sospecha de que existe una arritmia relacionada con el esfuerzo físico puede realizarse una prueba de esfuerzo, ya que algunos problemas coronarios son más fáciles de diagnosticar cuando el corazón está trabajando intensamente y latiendo más rápidamente. Entre las pruebas que se realizan durante la prueba de esfuerzo se encuentran la gammagrafía cardíaca, la ecocardiografía y la tomografía por emisión de positrones del corazón.

• Además de todos estos procedimientos que hemos descrito, para realizar el diagnóstico de las arritmias pueden emplearse otras pruebas: angiografía coronaria, prueba de la mesa basculante, radiografía de tórax, pruebas de sangre...

A continuación os dejamos un vídeo que resume lo más importante acerca de cómo diagnosticar una arritmia.