Las arterias coronarias son las encargadas de suministrar nutrientes y oxígeno al músculo cardíaco. Por lo tanto, si se produce un taponamiento en alguna de estas arterias va a existir una falta de riego (isquemia) en la zona irrigada por dichos vasos; esto se conoce como angina de pecho. Si se mantiene la falta de suministro de oxígeno durante un tiempo importante es cuando se produce la necrosis (muerte) de una parte del músculo cardíaco, es decir, un infarto.
Principalmente, las causas más comunes del taponamiento de las arterias son los coágulos de sangre y la aterosclerosis (acumulación de grasas en las paredes arteriales).
Distinguimos dos tipos de IAM:
IAM con onda Q o con elevación del segmento ST: se produce por la obstrucción prolongada de una de las arterias importantes, necrosando así una gran parte del corazón. La onda Q es un pequeño pico que se observa en el electrocardiograma una vez que ha pasado la fase aguda del infarto.- IAM sin onda Q: la isquemia se produce en las arterias más pequeñas del corazón, por lo que la necrosis no es tan elevada. Este tipo de infarto, junto con la angina de pecho, forma parte de los síndromes coronarios agudos sin elevación del segmento ST.
Existen dos consecuencias principales de sufrir un IAM:
- Si el IAM es muy extenso: insuficiencia cardíaca de por vida, a menudo con congestión pulmonar
- Si el IAM es poco extenso: se puede llevar una vida normal, evitando factores de riesgo
Además, en algunas personas se pueden producir arritmias ventriculares o bloqueos del corazón, que se controlarán mediante dispositivos especiales tales como un desfibrilador o un marcapasos.
El IAM es la principal causa de muerte en todo el mundo, por eso es importante llevar una vida sana y evitar los diferentes factores de riesgo que puedan desencadenar un infarto.
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